martes, 18 de diciembre de 2018



Fobia a los “Predicadores”

Leo El País, -mi periódico de siempre-, y observo que ya no es mi periódico. Compro el Mundo -que nunca me gustó- pero publica  mis escritos. Y por supuesto no veo la Televisión, ni siquiera la Sexta. Tengo fobia a los predicadores.

Una intervención semanal en Onda Cero sobre Psicología Social y de la Salud, me basta para mantener el pulso con las inquietudes de la gente.  

En la Radio no hablo de corrupción, ni de autoengaño, ni de los políticos de vía estrecha que hay en la Región, ni del “nido de mediocres” que pasan sus días de forma placentera en la Administración Pública; ni del Nepotismo en la Universidad y la incompetencia de algunos “mandarines que se perpetúan en los cargos con una frivolidad que espanta. Los Rectores, por lo visto, no se enteran.

Claro que mi “discurso” no es aséptico. En positivo, trato de dar las claves para una vida saludable y comprometida. Los ciudadanos deben tomar medidas para no contaminarse con las simplezas que se propagan a diario.

En fin, amigo Fabio, estoy en una situación de hartazgo insufrible; convencido de que las proclamas de los políticos y los mensajes de los medios en general son patógenos.  Su toxicidad es extrema.

Pero no podemos permitir que nos condenen a un futuro sin política.


lunes, 3 de diciembre de 2018



Un Master para nuestros Regidores

¿Se ha dado usted cuenta cómo habla el Presidente de Murcia?  Pues no, no sé; no suelo escuchar a los políticos. Dice “Ahiga” en intervenciones públicas, y “ni tan siquiera”…

Mira, Lola, estamos en Murcia y aquí no es importante cómo se habla. Si es interesante el contenido de lo que se dice, qué más da.

Tanto ha insistido esta veterana profesora de la UMU, que he decidido hacer algo para mejorar el lenguaje de nuestros regidores, y principalmente del presidente López Miras.

¡Y si organizáramos un Master para aprender a hablar! No es broma, un master, que es lo que se lleva ahora, puede mejorar la forma de hablar de quienes tienen por oficio “sus proclamas”.

Yo he decidido pedir al Rector de la UMU que organice de manera apremiante, un Master sobre la Lengua Castellana, al que deberán asistir cuantos ocupan cargos o aspiran a ellos en esta Región.
Pero ¿esto dará votos?

jueves, 29 de noviembre de 2018


Zaplana y un Rector de Murcia

Zaplana crea la Universidad “Miguel Hernández”. Y para dotarla de contenido y prestigio,    arrebata a la universidad de Alicante la Facultad de Medicina.  
El entonces rector, Andrés Pedreño, entendió que esta segregación forzosa, vulneraba el principio de autonomía universitaria. Y se declaró “la guerra”. El momento más tenso tuvo lugar en  1996.  Zaplana desembarcó en el campus , arropado por un amplio elenco de altos cargos del PP, dispuesto a presidir el acto académico de la apertura de curso. Pero el Rector Pedreño, decidió negarle la presidencia amparándose en el principio de autonomía universitaria.  Zaplana montó men cólera, y con  su séquito, abandonó el Paraninfo.
La Conferencia de Rectores (CRUE), el Consejo de Universidades y los rectores europeos censuraron los métodos usados por Zaplana para crear una universidad.  Pero fue inútil. Zaplana tenía mucho poder y sabía usarlo. La Miguel Hernández (¡Mira que llamarle “Miguel Hernández” a la de Zaplana!) tuvo como primer rector, a Jesús Rodríguez Marín, hermano del entonces senador del PP Juan Rodríguez Marín.

Me interesó el caso, porque yo mantenía una relación profesional con profesores de la Facultad de Medicina,  dispuestos a emigrar a otras facultades con tal de no ir a Elche. Y eso hicieron.
Redacté entonces un escrito sobre el Poder, que publicó EL MUNDO, en Tribuna. Pensaba yo, que pasaría desapercibido, ya que estaba firmado por “un don nadie”. Pero no; criticar la universidad de Zaplana y cuestionar al rector nombrado a dedo, no era lo legitimado, y mucho menos si lo hacía un profesor de Murcia, de edad provecta.     

Es entonces cuando el rector de Murcia, hoy alcalde, interviene.  Estaban preocupados en Convalecencia  por Jesús, “a quien el sillón le viene grande”, había escrito yo,  entre otras cosas. Este rector había sido alumno mío, y cuando llegó la fecha de los exámenes tuve un aluvión de llamadas de personas influyentes.

La regañina del rector de Murcia se refería especialmente   a una frase de mi escrito: “mi exalumno el Rector de Elche a quien el sillón le viene grande”
Me cuentan que desde que se publicó este artículo en la prensa nacional es nombrado en ambientes universitarios, como “a quien el sillón le viene grande”. Nunca pensé que mi modesta columna, pudiera llegar tan lejos.

 Como es obvio, estoy apesadumbrado de haber podido incordiar a unos rectores que saben como nadie, expresarse en clave de “estilo universitario”, es decir: sin que se sepa, sin que se diga, sin que se note.