jueves, 21 de septiembre de 2017




BARCELONA

Estudié en Barcelona, entiendo perfectamente el catalán, y visito de vez en cuando a mis amigos catalanes. No hay problema de convivencia entre Murcia y Cataluña. Precisamente la historia de cientos de años pone de manifiesto los estrechos vínculos entre los reinos de Murcia y Aragón y Cataluña.

Y mira por donde, en la ciudad más acogedora de España, es decir la nuestra, se está  produciendo  un fenómeno preocupante. Hay gente que mira de forma rara a quienes hablan bien de los catalanes, e incluso algunos van más allá al oponerse a un producto tan internacional como el Cava.
¿Por qué los gobernantes que nos han tocado en suerte, han creado graves conflictos de relación?. Estos políticos (desde Barcelona a Madrid, pasando por Murcia)  se engolfan como matones de colegio, en la práctica del  bullying.

Da vértigo ver la torpeza con la que abordan el problema más importante que tenemos los españoles en este momento.

Y ahora qué?
Hay que emplear demasiadas energías para salir de este enredo.