martes, 18 de abril de 2017




El Fin del Mundo

Según los indios mayas, el fin del mundo tendría que haber ocurrido en 2012. Lleva retraso. Pero de alguna manera, tal como van las cosas, estamos haciendo bueno el anuncio de los mayas.

La madre de todas las bombas, las armas químicas y la amenaza de bombas nucleares, son signos de este prodigioso porvenir. Tenemos unos políticos fantásticos. Prometían llevarnos a la tierra de promisión, pero vamos camino del abismo. Cada día reducen  el poder redistributivo del Estado, revocando importantes aspectos del bienestar. Es el fin del mundo; de este mundo que con tanto esfuerzo hemos venido construyendo durante varias décadas. 

Nunca he podido soportar el odio, y sin embargo veo con simpatía las reacciones de algunas personas, que empiezan a tomarse la justica por su mano. Mientras tanto, banqueros y políticos proclaman a coro: “Estamos en el buen camino”. Y sin ningún pudor hacen alarde de una ideología que declara al mercado como superior al Estado. Algunas decisiones producen tal desencanto, que explican la reacción de aquellos  a quienes  se les niega las condiciones de existencia.

Durante la “ocupación alemana” (sic), se habla en exceso de hospitales,  desahucios,  deterioro de la educación, suicidio... 

Creo, como los mayas, que se acerca el fin del mundo. Pero espero que sea el de ellos, el fin del mundo de los banqueros, de los partidos con mayoría absoluta, de la ocupación alemana, de los gobernantes aprovechados.