En Extramuros de la Universidad
Es la palabra más elocuente, mágica
y alucinante que he escuchado referida al escrito de un Rector. Un veterano
profesor, decano él, calificaba de “Ñoño”
ese escrito ¡Qué riqueza de vocabulario tiene nuestro idioma castellano! Si
hubiese utilizado otros términos, supuestamente sinónimos, como remilgado,
melindroso, cursi o blandengue, no sería lo mismo. Ñoño ¿Cómo encontró
ese sencillo y hermoso vocablo, ya obsoleto? La capacidad de este compañero
para pronunciar la palabra oportuna en el momento adecuado es admirable.
Y si no, vean: Hace ya tiempo, el
rector de la UMU publicaba un artículo en la sección de deportes de la prensa
regional, con el título: Somos de Primera. He de confesar que no sigo al
personaje, pero, mira por dónde, unos colegas acaban de enviarme el escrito de
réplica a “Somos de Primera”, firmado por tres decanos. La prensa
regional no publicó el ¿despropósito? de estos veteranos profesores, -miembros
del Consejo de Gobierno-, que añadían al título inicial sólo una interrogación.
Claro que no es fácil aceptar un escrito que interpela al rector además de
fútbol, de su compromiso con la LOU, de los ataques sufridos por dos
investigadores críticos con el PHN, de la financiación de la inversión, de las
partidas para sufragar el gasto corriente, etc.; y acaban estos lúcidos y
osados decanos: “¿Busca algo en los
extramuros de la UMU?”
Cualquiera de los escritos de este
rector, -hoy travestido en político-, no resistiría
el filtro de cualquier medio de alcance nacional. Pero eso no quita para lo que
expresan los decanos: “nuestro rector es
uno de los personajes más conocidos del escaparate mediático regional”. Quiere
decir que ha tenido que sudar la camiseta, aunque no ande muy fino en
literatura.
Mira que he leído escritos de
rectores a lo largo de más de treinta años en la Universidad Pública, y no he
encontrado uno que resulte atractivo. Hace unos meses colgué en Internet el
escrito del rector de Salamanca, (también “ex”), y hubo quien expresó su
asombro ante aquella pieza literaria destinada más bien a sufridores o
masoquistas. Yo había leído ya a varios rectores, incluido mi ex-alumno el
rector de Elche, y en general me parecieron, rebuscados, incomibles, y en
ocasiones vulgares. Es verdad que no encontré ninguno que pudiera ser
calificado de “ñoño”, pero, se te caen de las manos. Desde entonces sólo
leo a un Rector, el de “Venceréis
pero no Convenceréis”. La riqueza del pensamiento de Miguel de
Unamuno hace imposible que de su pluma pueda salir algo ñoño.
Propongo que se creen unidades
para enseñar a escribir, sobre todo a los rectores de puerta giratoria, que “buscan algo en extramuros”. El lenguaje
y el estilo literario, hay que considerarlo como lo que es: un tema
prioritario, siempre y cuando se tenga algo importante que decir.
P. D
Hasta aquí lo que publiqué en su
día. Pero se da la circunstancia de
que el autor de “Somos de Primera”, es ahora Alcalde. Leo
su entrevista, y me encuentro de nuevo con un discurso Ñoño.