Mejor Aceite
En
1890 El Diario de Murcia se hacía eco de las propiedades de este Aceite: “…pues el que se vende aún en las
tiendas más acreditadas parece andaluz, por su grosura y su sabor poco fino".
Los
precios de mercado ponen de manifiesto que se trataba de un aceite exclusivo. En 1899, la arroba se cotizaba entre
13,75 y 14 pesetas, mientras que el andaluz no alcanzaba las 12,50 ni en su
categoría superior. Y Las Provincias de Levante advertía que
este aceite “no se vende desde hace algún
tiempo, más que por el propio cosechero”… “Se avisa al público, porque en
varios establecimientos se anuncia y expende con aquel nombre, aceite de otras
procedencias”.
Las
oliveras de esta zona, datan del siglo XVIII, y su aceite fue
considerado insuperable frente a cualquier otro producido en España.
Posteriormente, el catedrático de Agricultura Tomás Museros, en 1882 saca una
publicación en la Paz, exaltando la calidad del aceite.
Pero
llegan los vándalos en 1959,
y arrancan cientos de oliveras centenarias que había en Torre
Guil. Los nuevos propietarios de estas tierras, plantan en un primer momento
melocotoneros, por considerarlo más rentable; y más tarde se convierten en
constructores y promotores de obras. A
estos devastadores de bienes comunes, no les interesaba el Aceite, sino la Pasta.
El
buen criterio de un agricultor
influyente en aquel momento, hizo que podamos contar
hoy con oliveras centenarias en el paraje denominado Cortijo Blanco. Este hombre que vivió 94 años
(1855-1949), cosechaba, como en Torre Guil, el “mejor aceite español”,
así lo calificaban
algunos medios.
Nosotros ahora cuidamos esas oliveras, como si tuvieran alma,
que la tienen; y le damos un nombre a cada árbol, para defenderle
de los señores del mercado y la moto-sierra. Entre los nombres de estas
criaturas de edad provecta, cabe destacar a Generosa,
Atenea, Alborada, Santa, Galana, Airosa, Bella, Aria, Recatada,
Delicia, Fortuna, Albina, Sultana, Areté, Encantada, Licenciosa, Henar, Ángela,
Alezeya…
El Aceite Royal de Oliveras Centenarias, cosecha 2014, merece "cum laude". “Mejor aceite que este, imposible”, han manifestado los expertos en el Valle de Ricote. Hoy hemos hecho una cata doméstica y la experiencia ha sido sublime, "ni el ojo vio, ni el oído oyó..."
La
exclusividad de este aceite, hace que el precio sea muy elevado; hablamos de
40€ el litro, en la cooperativa “Castillo de Canena”. Es cierto que
quién está pagando estas cantidades, no
busca un aceite para su día a día, sino reencontrarse
con sabores perdidos. En nuestro
caso, -con una producción modesta-, se utiliza el trueque,
aunque sólo sea
para hacer pública nuestra disidencia
con los mercados.
Quienes
han tomado este aceite durante un tiempo prolongado, saben de sus propiedades:
Protege la salud, ahuyenta los temores, expulsa el odio, trae la
concordia y promueve el deseo sexual. Su
fuerza erótica es enorme.
P.
D.
Todos
los años celebramos la Cata, a la que están invitados los amigos.
La
novedad de este año, es haber elaborado el Royal Temprano, que amplía la paleta de sabores.