sábado, 16 de febrero de 2013

  "LA ROBÉ PORQUE ERA MIA"


El alcalde se llevó la pasta, pero con la conciencia tranquila. “La robé porque era mía”, piensa en el fondo este regidor. Lleva tantos años en el sillón que acabó pensando que todo aquello era suyo. Es un mecanismo psicológico que suele tener lugar en delitos económicos, y con el que se justifica de alguna forma esa conducta. Va para el cuarto mandato, y ¡ha hecho tantas cosas por el pueblo! Ha dedicado su tiempo, ha traído recursos después de múltiples contactos, ha mejorado el transporte, los espacios verdes, las actividades de ocio, y en general la imagen de la ciudad…, no es extraño por tanto que acabe pensando que aquello es suyo. No tiene problemas económicos, y sabía que era un delito lo que estaba haciendo, pero pensaba al mismo tiempo que aquellos millones le pertenecen. Ahora está en la cárcel, y se lamenta: “¿qué hago yo aquí entre tanto delincuente?”.

Tal vez pueda parecer esto exagerado, dada nuestra capacidad de engaño, pero por qué si no, se repite con tanta regularidad: Un Consejero, delegado del gobierno después, y con un sueldo escandaloso en la empresa más importante de la región,  dejó “olvidados” en el cuarto trastero miles de euros. Cuando le vimos esposado, no parecía estar avergonzado ni arrepentido, su mirada era desafiante y placentera a la vez. El consejero no se llevó nada que no fuera suyo, ¿por qué iba a ser delincuente?

El director del Palau, sólo se ha llevado, según el fiscal, 20 millones de euros. Eran suyos, los había sudado con años de dedicación. Desde 1891 su abuelo y después su padre habían dirigido el Orfeó Catalá. La fortuna acumulada es suya, lógicamente. “La robé porque era mía”.

Podemos ir al Ejido, pasar por Totana, Los Alcáceres y Palma de Mallorca; o bien viajar a la Valencia,  y por último aterrizar en Madrid, donde está lo más importante. En todos los casos hay una constante: “La robé porque era mía” “¡Qué menos que aceptar unos regalos, comisiones o prebendas después de todo lo que yo he hecho por el pueblo!”. Todo es  supuesto.

“No es posible estar en puestos de gobierno más de ocho años sin corromperse”. Son palabras de un político, retirado ya de la cosa pública. La tendencia a permanecer mucho tiempo en el sillón, ya de por sí resulta sospechosa. Pero los políticos del panorama nacional están volcados y deseosos de tener cada vez un sillón más importante. 

martes, 5 de febrero de 2013

¿Padece hybris, el presidente Rajoy?

Muchos  políticos sufren el mal de hybris, Y esto no anuncia nada bueno. En una reunión de empresarios dijo Felipe González que él mismo había padecido hybris o mal del poder a los nueve años de Moncloa, que Aznar lo padeció a los seis años y que a Zapatero  le afectó ya a los dos años. La actitud de “perderse” del nuevo presidente Rajoy, cuando hay que dar explicaciones y estar con la gente, nos hace temer la aparición prematura de  hybris.

En el frontispicio del templo de Delfos habían grabados dos proverbios muy  célebres:“Cónocete a ti mismo y Nada en exceso”. Las dos frases coinciden en un mensaje claro: conoce tus limitaciones, conoce cual es tu sitio, no quieras ocupar un sitio que no te toca… no te dejes llevar por la hybris.

La hybris, es uno de los peores pecados de los hombres según la mitología griega. Es la falta de sabiduría, la vanidad, la desmesura que desafía a los dioses, y al hacer esto, al orden cósmico. Para los mortales, la hybris conduce siempre a la catástrofe.

Este síndrome está causando un montón de problemas en todo el mundo. Precisamente, la crisis global financiera tuvo en su origen mucha hybris. Hasta un análisis superficial de los líderes de algunos de los grandes bancos que se desmoronaron, o de los líderes políticos que intervinieron, pone de manifiesto que la hybris subyace a todo.