domingo, 27 de noviembre de 2011

MISTERIOSO SILENCIO

El silencio de las instituciones murcianas, incluida la Universidad, es extraño e incomprensible. Los políticos que utilizaron en beneficio propio y de sus partidos esta institución social, se van protegidos por sus partidos y blindados por el Estado.

La Caja de Ahorros del Mediterráneo, -con 136 años de historia-, fue inicialmente una institución de fomento del ahorro con una orientación social: los beneficios eran invertidos en fines sociales, en un intento de redistribuir de alguna manera la riqueza de la comunidad. Pero pronto cayó sobre ella el poder político y el capitalismo financiero. Se impuso que su gobierno fuese nombrado por los poderes públicos y los consejos de administración se llenaron de políticos locales. Se eliminaron las restricciones legales y la Caja empezó a prestar dinero con una finalidad que ya no era social, sino especulativa. El sometimiento de la cúpula de la CAM a los intereses de los gobiernos regionales, y su arriesgada inversión inmobiliaria, ha llevado a la Caja a una situación caótica.

¿Qué hicieron con los cuartos para que el Banco de España calificara a la CAM de “lo peor de lo peor”? La Caja de Ahorros del Mediterráneo fue intervenida en julio de este año por el Banco de España, que nombró tres interventores y relevó a sus directivos. Desde entonces, los medios no han dejado de informarnos de graves irregularidades: créditos a interés cero, inversiones ruinosas como la de Terra Mítica; préstamos al Gobierno Autonómico de Valencia; créditos a empresas inmobiliarias y constructoras prácticamente imposibles de recuperar. Son de sobra conocidas las relaciones de la CAM con Hansa Urbana, empresa promotora inmobiliaria y turística, envuelta en numerosos proyectos de dudosa legalidad y alto impacto ambiental. En la Región de Murcia, es propietaria mayoritaria de tres grandes desarrollos urbanísticos en los proyectos de Novo Carthago, Puerto de Mazarrón y Puntas del Calnegre.

¿Qué hacemos con la CAM? Yo creo que alguien debería estar ante el juez. El uso de los impuestos de los ciudadanos para sanear a empresas irresponsables no es admisible. Ya se habla de unos 7.000 millones, de los que unos 4.200 son proporcionados a fondo perdido, incluso aunque logre venderse. Mientras tanto, llama la atención el extraño silencio de los directivos de la Caja en Murcia. Y el Gobierno de la Región, tampoco dice nada; cuando precisamente los gobiernos autonómicos son los responsables de la gestión de las Cajas. Su portavoz, el ex-Rector Ballesta, tan locuaz sobre otros temas, no dice ni pío. Quiero pensar que, llevados de la mejor voluntad, pretenden con el silencio evitar la “alarma social”; pero se equivocan. La gente necesita saber qué pasó y qué va a pasar; quiere saber si en Murcia, (“Caja de Ahorros de Alicante y Murcia”, se llamó), también hubo inversiones ruinosas, préstamos a proyectos del gobierno regional y a empresas inmobiliarias, que no se pueden recuperar; comisiones y sueldos indebidos, etc.

Creo que hubiera sido conveniente en este caso tan grave, una moderada “alarma social”, para que los clientes y ahorradores, -yo también-, tuvieran que vérselas directamente con los que gobernaban la Caja. ¡Bienvenidos al Corralito!, cabría decir, si el “Papá Estado” no hubiera acudido presuroso a inyectar dinero público, dejando que los causantes se vayan de rositas. Estos políticos que utilizaron en beneficio propio y de sus partidos una institución nacida de la iniciativa social, que distribuyeron sueldos abusivos, se van protegidos por sus propios partidos y blindados por el Estado. Pero de este saqueo institucionalizado, no se habla.

El silencio absoluto de las instituciones murcianas, es misterioso e inadmisible. Mientras tanto, los ciudadanos siguen desconcertados y perplejos.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

DEJA QUE ME RÍA

Entre huelgas, manifiestos y reuniones transcurría la mayor parte del curso en la Universidad de Barcelona, donde yo era popular en aquellos años del antiguo régimen. Un piquete de estudiantes interrumpe la clase un jueves por la mañana, porque habían convocado asamblea para apoyar la resistencia de vietnamitas, checos, Chilenos, seguidores del Che...

El profesor manifiesta que si los alumnos no quieren que haya clase, él no tiene nada en contra. Y a continuación añade: "Pero he de decirles a ustedes que ejerciten los "músculos risorios", y tendrán menos problemas en la vida". Este hombre era un sabio, aunque fuera calificado de
"pasota" entonces ¡Siempre se da uno cuenta de las cosas demasiado tarde!

Ahora que inevitable e inadvertidamente me he hecho mayor, he aprendido a reírme incluso en situaciones difíciles, como cuando el mandarín de turno trató de ponerme firme, "para que no se diga, que no se sepa, que no se note", que en esto consiste el llamado "estilo universitario".

Deja que me ría ante tanto mediocre en el sillón del Poder, y ante tanto Poder en el sillón de mediocres. Precisamente cuando esta Región, dejada de la mano de Dios, invita al llanto.
Deja que me ría, al menos hasta que surja de nuevo la esperanza.



martes, 22 de noviembre de 2011

El PSRM, COMO PROBLEMA

Lo que puedo decir del libro sobre el centenario del PSRM es poco, porque no lo he leído. Al parecer se trata de un libro de historia que “pasará a la historia” sin pena ni gloria. Es un error, por tanto, abrir un debate sobre su contenido; y mucho más torpe aún, polemizar sobre si Pedro Saura dio su “bendición” a tan inusitado mamotreto.

Este libro aparece como expresión de la libertad individual de unos militantes de ese partido, que están en su derecho de escribir lo que quieran. Si la firma de Saura es calificada de bendición”, también está en su derecho bendecir. Los que disienten del contenido del libro, y hasta les molesta o les irrita, pueden escribir otro, sin bendición esta vez. Es la mejor forma de dejar constancia de lo que se ve y no se dice. No es de recibo querer acallar opiniones, parcialidades, incluso errores, por el simple hecho de juzgarlas inexactas, incompletas o interesadas. Sobre todo teniendo en cuenta que el llamado “libro de Ovejero, aunque con el logotipo del PSRM, no es un libro “oficial”.

Pero el problema del PSRM no es el libro, sino algo más importante y urgente. Vivimos en una sociedad anestesiada y desinteresada de todo lo ajeno, e incluso de lo propio cuando requiere posturas claras y de compromiso; y urge que una organización política, con vocación de gobierno, presente Propuesta de Futuro capaz de responder a esta situación insostenible. Sobre todo teniendo en cuenta, que el poder regional se ha convertido en un sistema muy parecido a un régimen político donde el poder y la sociedad son una misma cosa. Sólo, que la sociedad es cautiva del poder.

El PSRM era la formación política llamada a realizar el cambio, pero no está a tono, no está en forma. El problema es que ni con Saura, ni sin Saura “tienen mis males remedio”. Se discute ahora quiénes deben ser los candidatos a las próximas elecciones, (Saura, en un gesto lleno de sabiduría, ya se ha quitado de en medio para que surjan “los mejores”). Pero ¿cómo encontrar a “un Tomás Gómez”, o a “otra Trinidad Jiménez”, sin tener que pasar por la Moncloa? En cualquier caso, los nuevos “libertadores” deben saber que el PSRM no es de ellos: El partido socialista no es vuestro, o mejor no es sólo vuestro. Es del pueblo de Murcia. Es el instrumento que tenemos para que vuelva la esperanza. Lo afirmo, ¿no puedo yo afirmar?, aunque nunca fui hombre de partido, y he actuado siempre desde planteamientos libertarios.

El problema del PSRM es que apenas hay partido. Es necesario hacer muchas cosas antes de presentarse en sociedad con garantía de éxito ¿Dónde están los recursos materiales, económicos y humanos? En lugar de precipitar la caída del Secretario General, que no produciría ningún relevo, ¿por qué no se plantea un proyecto con gente con ideas, ajenos al aldeanismo murciano, comprometidos con una nueva economía y una nueva cultura? El problema no son los candidatos, (aunque también).

En cuanto a los recursos humanos, dejaré salir mi “deformación” profesional: Cada uno es lo que hace, y está demasiado claro lo que algunos son capaces de hacer. De esto me hablaba José Ramón Jara ¡Ah, cuánto le echaré de menos! ¿Sabéis por qué? Porque no quería poder, ni cargos, ni honores; y despotricaba, -al menos en privado-, contra mediocres y aprovechados, que son legión. Son demasiados los políticos –de distinto signo- en esta región, que se han acostumbrado a vivir del cargo, y que desde el poder copan organismos, asociaciones, universidades, tradiciones, cultura, deportes…, y lo peor es que están dispuestos a todo, con tal de mantenerse en el cargo.

“¿No ha de haber un espíritu valiente?”, (me recuerda Manolo Esteban). “¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿Nunca se ha decir lo que se siente?”. En vez de abrir un debate intrascendente sobre el dichoso libro, busquen un socialista capaz de impulsar el cambio de estilo. Muchos estarían encantados de contribuir a este cambio.

Publicado en la Opinión el 12 de Agosto de 2010

P.D. Creo que algunas cuestiones que se apuntan, recobran plena actualidad en estos momentos. Ojalá se tomen las decisiones adecuadas. Más vale tarde que nunca.


lunes, 21 de noviembre de 2011

NUNCA CONSIGO SER DE LOS NUESTROS

“Yo soy del Pepé, del Pepé, del Pepé…” Es el grito mudo que sale de lo más hondo. Sucedió ayer. No me apetecía votar, pero no me quedaba tranquilo, y ocurrió: Con las papeletas del PSOE, IU y Equo, me pongo en camino hacia el Colegio Joaquín Costa en el barrio de la Flota. Estoy en cola, -cola por delante, cola por detrás-; pero de pronto, empiezo a sentirme mal. Mi vecina Lola, que está en todo, me susurra que no vote a los pequeños, ni tampoco a Zapatero (sic). Le pido que hable más bajo, que se están enterando los vecinos de que no votaré cambio, (en mi barrio todos son peperos).

Voy a por la blanca (papeleta), y entonces respiro hondo, como el que se quita un peso de encima. Me pongo en cola de nuevo. “Caballero, usted va delante de mí”, dice con voz sonora la mujer del médico, mientras consulta su billetera. Me siento raro, no sé qué hacer, creo que me está observando Goyo el del perro. Dos chicas buscan en la mesita de los sobres, se cruzan, andan, se desplazan en redondo… Yo pensaba votar a Rubalcaba pero no puedo; de esa cola se desprende un tejido de paciencia y explicaciones y preguntas que une con alfileres las relaciones con mis vecinos. Sin pensarlo dos veces, voy a por la del Pepé (la papeleta), y ¡mano de santo!; desaparece súbitamente mi clandestina frustración política; esta vez tengo una fe absoluta. Sigo caminando estoicamente en esa cola, donde vamos disueltos como chorros de hormigas. Es la hora en que el mundo presiente que una fuerte lluvia va a caer. Por fin, mi voto de color azul entra en la urna; y un alivio enorme duraba más de una hora larga.

Me sentí adaptado, exculpado de aventurillas rojiblancas, y salí del Colegio tarareando mi nueva identidad: “Yo soy del Pepé, del Pepé, del Pepé…”

Me da igual quien mande. Yo le he votado a una bandera, a un líder que no lo es, a un proyecto inexistente, pero me siento a gusto porque ahora soy de los nuestros.

Abomino de socialistas, verdes, ecologistas, indignados, de izquierdas o quién sabe qué; y me adhiero al discurso único, con emoción.


domingo, 20 de noviembre de 2011

El que roba a un ladrón, tiene cien años de perdón

Cuando una banda de butroneros reventó la cámara acorazada del Banco Popular de Yecla y abrió más de ciento cincuenta cajas de seguridad, el alcalde del pueblo calificó el robo de “auténtica tragedia”, al mismo tiempo que aseguraba que se “sabía que el Popular era el banco del pueblo en el que más dinero negro había”. De Vicente Maeso tengo la imagen de un alcalde capaz y con amplias habilidades sociales, pero sus declaraciones han producido en este caso perplejidad y desasosiego. Es una forma de ver las cosas, o de no verlas.

Más de una vez he discutido con amigos y colegas a propósito del dinero negro. Cuando el progreso de un pueblo está pilotado por la economía sumergida, la infracción habitual de la ley, o el interés mercantil furtivo, se convierte necesariamente en fuente de crisis. Acepto que sean muchos todavía los que exculpan la cultura del pelotazo, pero no lo respeto. Lo del alcalde de Yecla es un error, aunque sea llevado del exceso de celo; es hablar sin miramientos al Estado de Derecho y a la consideración que merecen los ciudadanos que regularmente pagan sus impuestos y declaran sus ingresos. Es sencillamente campar por sus respetos. Una vez más, un político aparece como una caricatura, y nadie, que yo sepa, ni siquiera el Consejero de Economía y Hacienda, o el propio presidente de la Región han cuestionado sus declaraciones. Este “síndrome” personal de un alcalde, provocado por el robo de dinero negro es preocupante tanto desde el punto de vista psicológico como, sobre todo, desde la perspectiva económica y política. Cuando se tiene esa concepción del desarrollo económico de un pueblo, se suele terminar generalmente confundiendo la ley con el fraude, y lo de todos con la “finca de unos pocos”.

Leo también con igual perplejidad en los periódicos que algunos de los clientes afectados por el robo de muchos millones, manifiestan que “ya no hay sitio seguro para nuestro dinero. Sin embargo, con un gran respeto a la religión, los ladrones dejaron la corona de la Virgen, que está intacta y que tiene un gran valor sentimental y afectivo para el pueblo. El dinero negro de ciento cincuenta ciudadanos, también tiene valor sentimental. Como en las patéticas guerras de un solo ejército, estos demócratas han convertido el robo de Yecla, tal vez sin querer, en el símbolo del atropello de derechos y deberes que creíamos consolidados

Por mi parte, prefiero seguir el ejemplo y buen sentir de los más viejos: “el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón”, y sobre todo si respeta la corona de la Virgen.

lunes, 14 de noviembre de 2011


EL ESTRÉS DEL PODER

Hace ya tiempo, un periodista escribía una columna con el título La Autoridad anda estresada. Este recorte de prensa me lo envió un viejo amigo a la Universidad de California, donde me encontraba como profesor invitado. Cuando lo leí disfruté de lo lindo, tal vez por aquello del placer de incordiar (sólo posible con personas queridas). El periodista, con un estilo punzante y socarrón, se refería al “señor J.B.” que había tenido el atrevimiento de organizar un curso para 25 directivos de la Universidad incluidos el rector y sus vicerrectores. Porque esto del estrés nos toca a todos, pero a unos más que a otros, la autoridad anda estresada, qué tendrá la autoridad. Decía, incluso, que este curso sobre el estrés debe darse también fuera del ámbito universitario para que se aproveche la autoridad en general: la competente y la incompetente, incluyendo la oposición; porque el curso les va como anillo al dedo:

- Saber organizarse.

- Saber organizar a los demás.

- Mejorar el uso del tiempo.

- Disminuir el estrés.

- Aprender a delegar.

- Y aumentar la eficacia.

Más adelante, citaba algunos modelos…, porque los primeros que han de serenar la cabeza son aquellos que ostentan cuotas de poder y que por eso, “manejan vidas y haciendas”.

Lo que quizás no sabe el periodista español es que su escrito sirvió de divertimento a profesores universitarios, más allá del Atlántico, a varios rectores de universidades americanas, y también llegó a manos de algunos políticos importantes en América Latina. El dichoso texto se ha paseado por distintos países americanos con motivo de cursos y seminarios.

Ayer, después de leer el periódico, volví a recordar de nuevo al periodista porque nuestra autoridad tiene estrés. El estrés nos toca a todos, como yo soy un “don nadie” casi no me afecta, pero la gente importante soporta mucho desgaste. Comprendo sobre todo, el estrés de Rajoy a punto de recibir esa enorme “carga” mientras ocupa su tiempo diciendo banalidades.

miércoles, 9 de noviembre de 2011


Pararse a pensar en medio de tanta "cantinela"

En la psicología de cada persona no existe un progreso verdadero sin discontinuidades, en las que logramos ponernos en tela de juicio a nosotros mismos ¿Será la crisis una oportunidad para ver las cosas de otra forma?

En una sociedad robotizada, viene como agua de mayo la crisis. Como una necesidad de novedad, de frescura, de vuelta a empezar. Al destruir nuestras certezas sobre la especulación y riqueza para todos…, todo se vuelve nuevamente imaginable.

Nos habremos vuelto ligeros, sencillos, decentes.